Es difícil poner una frontera entre una conducta normal y una anormal. Sobre todo, porque hay una amplia franja intermedia entre ambas que podríamos definir como conducta adaptativa, o algo así.
En esa franja de grises entran muchas conductas y comportamientos que a menudo se perciben como parte de la personalidad del perro, por ejemplo, decir que es muy nervioso, pero que en realidad son respuestas ante situaciones que desbordan al animal emocionalmente, le hacen reaccionar de un modo inadecuado, desproporcionado e inútil.
El perro tan solo se comporta así porque no sabe gestionar las emociones que ciertas cosas de su entorno cotidiano le producen.
Si identificas aquellas circunstancias que alteran a tu perro, no siempre son las que tiene justo delante cuando manifiesta la conducta inadecuada, las modificas, o logras cambiar la emoción que las produce, el comportamiento cambiara, a mejor.
La importancia NO recae en la realización de una determinada conducta o comportamiento, lo importante es el proceso de realización de la conducta.
No deberíamos buscar una conducta, utilizando la ayuda de premios o de castigos, de tal forma que el animal acaba realizando dicho comportamiento para conseguir la recompensa, o bien, para evitar el castigo. Por el contrario, deberíamos centrarnos en el proceso de aprendizaje y en el individuo.
Posibles conductas anormales, o que el perro no presentaría de forma espontánea por el simple hecho de ser perro:
-Reactividad: Es una respuesta exagerada y con finalidad intimidatoria hacia un estímulo de baja intensidad o neutro.
Esto tipo de reacciones muy intensas ante la presencia de ciertos estímulos, como otros perros, niños, bicicletas o señores con bastón. Son muy habituales. Los perros ladran, dan tirones de correa, saltan, giran, gruñen y vuelven a ladrar. Normalmente es una conducta oculta en un miedo intenso a dicho estímulo o concreto o hacia otros. Está totalmente relacionado con acumulo de estrés y los recursos del perro para gestionarlo.
No es una conducta normal. No es un perro chulo o dominante. Es un perro seguramente asustado, intentando poner espacio entre una parte del mundo que le rodea y el mismo. Ha perdido el control de la situación.
Si la situación continua, se tensa de más, o si aumentas la presión sobre el perro, puede llegar a morder. Aquí no sirve ni la obediencia, ni la comida, ni dar tirones de correa, gritos…
-Hiperactividad: Hay perros que parecen no cansarse nunca. Tanto en casa como en la calle, o solo en uno de estos dos ambientes no paran de hacer cosas, jugar, ladrar, saltar, cavar, tirar, moverse…
Muchas veces es un síntoma, incluso el único, de enfermedad. Otras veces es simplemente un perro que escapa de algo que le produce miedo, escapa todos los días de su vida. Realmente está totalmente relacionado con acumulo de estrés y los recursos del perro para gestionarlo. En cualquier caso, no es una conducta normal.
-Respuestas agresivas: Por desgracia esto ocurre. Aquí debemos reconocer nuestra responsabilidad y esforzarnos por mejorar la relación, con nuestro perro y con los demás.
Los perros suelen morder por dos razones: miedo y enfado o frustración.
El miedo puede ser hacia la cosa que muerden, o hacia otra cosa y lo manifiestan de ese modo. La enfermedad y/o el dolor son una causa muy común de miedo.
Tratar la enfermedad, mitigar el dolor o minimizar o eliminar miedos externos debe ser a través de intervenciones con visión global y holística para lograr el mejor resultado. Centrase solo en aquello que parece causar el miedo deja de lado el problema de raíz.
El enfado y la frustración suelen ir de la mano. Enfadarse es una emoción primaria que puede darse por muchas razones, la frustración aparece cuando hemos generado unas expectativas elevadas respecto a una situación, y estas no se cumplen. Cuando el enfado y la frustración alcanzan ciertos niveles, o no se saben gestionar correctamente, es cuando se manifiesta la respuesta agresiva. Aquí no sirve ni la obediencia, ni la comida, ni dar tirones de correa, gritos…
Realmente está totalmente relacionado con acumulo de estrés y los recursos del perro para gestionarlo. En cualquier caso, no es una conducta normal.
-Destructividad: Dependiendo de la etapa del perro esto es normal o no. Que un cachorro haga trizas una zapatilla es normal. Que un perro adulto mu estresado lo haga, también es normal.
Si esta conducta es habitual en edades adultas no es normal, un perro llega a ser adulto normalmente a partir de los dos años, dependiendo del individuo.
Cuando un perro rompe por sistema todo lo que tiene a su alcance tiene un problema. Las causas pueden múltiples. Pero lo más probable es que ellas estén relacionadas con un estrés intenso, generalmente crónico, o aliviando una situación de dolor y/ o enfermedad.
-Miedo intenso: El miedo es un tema muy amplio y complejo. Es necesario para vivir, para protegernos, huir o luchar, nos mantiene en alerta y atentos.
Pero cuando este miedo es demasiado intenso, se da ante situaciones neutrales o cotidianas, cuando la química inunda el cerebro impidiéndole pensar con claridad, no permite una vida normal, ya no es una conducta adaptativa, es algo anormal. Hay un fallo en la percepción de las amenazas y la gestión de esta emoción. Se necesita ayuda, comprensión, paciencia y apoyo.
-Estereotipias: Son conductas repetitivas y sin finalidad aparente. Perseguirse la cola, lamidos excesivos…son conductas anormales.
Suelen aparecer por manifestación miedo o estrés intenso, o por una contradicción, al no poder hacer dos cosas a opuestas busca una tercera relajante. No es normal ni gracioso.
-Ensuciamiento: Aquí la etapa del perro es muy importante. En un cachorro es una conducta que hay que gestionar de manera adecuada.
En muchos casos la razón es médica. En otros casos es miedo.
En cualquier caso, tratar de educar o castigar este aspecto carece de sentido, deberíamos solventar la causa médica o gestionar el miedo y el entorno para dotar al perro de mayor independencia emocional y mayor seguridad y confianza en sí mismo.
-Pica: Es el consumo de sustancias no comestibles por parte de nuestro compañero carroñero. Si ingiere ´sustancias no comestibles que contiene comida o restos de esta, podemos verlo como un error, sino no.
En cachorros puede deberse a la imposibilidad de realizar conductas exploratorias normales, debido a la interferencia del humano deseoso de protegerle.
Dolor o malestar también suele ser una causa, sobre todo si este es de origen digestivo. Aquí es importante si no lo hacia anteriormente.
-Vocalizaciones excesivas: Ladra es normal para un perro. La duda está en ladrar demasiado. Pero ¿cuánto es demasiado?, esto depende del umbral de tolerancia de cada cual.
Aquí influye mucho la raza del perro, hay una predisposición racial muy ligada a ello. Es importante saber que individuo y raza tenemos para saber si el motivo de su ladrido es normal o no.
Normalmente muchas conductas de ladrido excesivo vienen relacionadas con miedo y excitación, la solución incide en trabajar sobre estos aspectos. Un perro tranquilo, confiado y seguro de sí mismo suele ser poco ruidoso.
-Montas: La monta en algunos contextos es normal. En aspectos reproductivos, incluso en juego.
En otras ocasiones si es de forma repetitiva, ante otros perros, personas y/o objetos, quizás sea anormal. Normalmente está relacionado con acumulo de estrés o alguna patología médica.
Carece de sentido intentar corregir o eliminar dicha conducta, la clave está en solventar la patología médica o reducir y gestionar el acumulo de estrés.
-Apetito caprichoso: Este es un punto muy común, pero es un aspecto a tratar desde un punto de vista veterinario, por obesidad o por otra patología médica. Otra causa es el miedo y estrés muy elevado en su día a día. El estado de vigilia constante que le generan sus emociones le lleva a descuidar factores importantes para su supervivencia como la comida o el sueño. Comer solo cuando está solo, o acompañado, come mal o insuficiente, valora su conducta el resto del tiempo y estado de salud.
Existe una serie de comportamientos que se observan con frecuencia en muchos perros, en principio no son normales para la especie, por lo que podemos considerar que son conductas alteradas o indicadoras de una mala adaptación al entorno.
Que un perro demuestre varias de estas conductas, demuestra el hecho de que intenta adaptarse a un ambiente que le resulta hostil, sin conseguirlo.
Reconocer estas conductas como impropias de la especie en condiciones normales, en lugar de normales, es un gran paso para entender que tu compañero tiene un problema de adaptación y que necesita cambios en su entorno para resolverlo.
Seguiremos con próximas entradas en el blog para descubrir más cosas obre los perros.
Deseando la próxima entrada. Enhorabuena.