Lo primero que debes saber sobre el estrés es que no es necesariamente algo malo. El estrés es una parte más de la vida. Necesitan estrés para actuar. Hace falta para sentirse vivo y productivo.
Sin embargo, el estrés se convierte en un problema grave cuando excede su capacidad de recuperarse de sus síntomas. Especialmente preocupante es el hecho de que a menudo no nos damos cuenta de que la capacidad de nuestro perro de manejar ciertas situaciones está en un posible declive.
El estrés excesivo puede manifestarse de muchas maneras, y es posible que no siempre seas capaz de reconocer sus síntomas y si son el resultado de demasiada tensión o de una recuperación inadecuada. Es posible que culpes a su dieta por sus problemas digestivos o trates su hiperactividad con ejercicio y juego, pero ambas podrían ser señales de que su cuerpo está siendo atacado por el estrés en exceso.
Si bien los signos y síntomas del estrés excesivo varían según el perro, la respuesta al estrés es un fenómeno fisiológico que se puede observar y medir.
Cinco razones por las que es posible que no reconozcas que tu perro está demasiado estresado.
- El estrés no siempre es negativo.
No son sólo las cosas negativas son las que causan estrés. Ciertas emociones, la actividad excesiva o desenfrenada, la espera de la comida, interacciones o tiempos de juego muy prolongados…son algunos ejemplos comunes de experiencias emocionales agradables que producen estrés fisiológico. No siempre es fácil notar la cepa de cosas positivas.
- El estrés no está en la cabeza.
A veces el estrés es desencadenado por nuestro entorno, lo que consumimos y por nuestras actividades. Las temperaturas extremas provocan estrés, al igual que los ambientes ruidosos. A veces incluso nuestros propios métodos de relajación causan estrés. El ejercicio excesivo es la fuente más común de alivio falso. Es posible que pienses que tu perro esta relajado después de una actividad muy intensa, pero su cuerpo está trabajando horas extras para manejar los efectos de esa actividad.
El ejercicio es una forma común de aliviar el estrés, y es bueno. Sin embargo, la forma en que el ejercicio disminuye el estrés es un poco difícil. Hacer ejercicio aumenta la actividad simpática y disminuye la actividad parasimpática. Cuanto más intenso sea el ejercicio, mayor será el estrés; sin embargo, se ha demostrado que el ejercicio regular y la buena aptitud producen adaptaciones fisiológicas que mejoran la capacidad de su cuerpo para adaptarse al estrés.
- La percepción es la realidad.
A veces es difícil reconocer de dónde viene el estrés porque puede que no sea nada específico. Los factores estresantes no siempre son cosas tangibles que puedes clavar. Tu perro podría, por ejemplo, sentir que su entorno no está satisfecho con él. Independientemente de si esto es cierto o no, la baja autoestima eleva sus niveles de estrés.
- Lo que cuenta es la carga total.
Como se mencionó anteriormente, los factores de estrés pueden ser mentales o físicos, acompañados de emociones negativas o positivas. A menudo, los niveles excesivos de estrés no son causados por un factor grande, sino más bien una confluencia de factores más pequeños. Las pequeñas cosas se suman a las grandes.
Cuanta más tensión tenga en su vida, más necesitará una buena recuperación para crear el equilibrio adecuado.
- El estrés alto es la nueva normalidad.
Desafortunadamente, es posible que estés tan acostumbrado a estar estresado que no te das cuenta de que algo está mal. O podrías haberlo aceptado. Podrías pensar que los ladridos continuos de tu perro, que tire de la correa, que “juegue” sin parar, que este continuamente buscando que hacer, que quiera comer continuamente…es algo normal, pero quizás hay algo oculto.
Manu García.
Asesor de bienestar canino.
Con Olfato, verás el mundo como lo ve tu perro.