Instintos Predatorios

El impulso predador o instinto predatorio consta de diferentes secuencias como detectar la presa, orientarse posturalmente hacia ella, focalizar, acechar, rodear, perseguir, atacar, agarrar, matar, diseccionar y consumir o almacenar.

Todo ello dependerá de diferentes factores como la extensión del área de caza, tamaño de la población de animales potencialmente presas, época del año, climatología, estado emocional del predador…

Es interesante considerar que son comportamientos en gran parte hereditarios, genéticos, instintos naturales, moldeables o no, en los cuales influye mucho la etapa vital, el entorno, el aprendizaje social, algunos estados fisiológicos, como el hambre, por supuesto el individuo concreto y su estado emocional.

El impulso predador va muy relacionado con el movimiento como disparador del mismo, lo que va totalmente ligado al orden sensorial lógico y propio de la especie canina. Saber las características sensoriales de la especie y concretamente del individuo en concreto nos ayudara mucho a entender el impulso predador y a mejorarlo.

Aquí es clave el equilibrio entre cognición y emoción, como bien es sabido ante una emocionalidad muy alta la cognición disminuye y los instintos naturales predominan.

Pero por suerte existen metodologías amables, sin necesidad de conductismos severos que nos permiten convivir con estos instintos naturales, existen alternativas que nos pueden ayudar a minimizar y mejorar estos impulsos.

Las bases de trabajo sobre la gestión del impulso predatorio deben comenzar por una buena relación con valores, que induzcan a la confianza, cargados de buenas maneras de fomentar y cultivar una comunicación coherente y natural, sin chantajes, con sinceridad.

Una herramienta muy interesante puede ser el cultivar el aprendizaje social o tenerlo como apoyo.

Obviamente unas pautas saludables para un paseo ideal son fundamentales.

Tener en cuenta las dimensiones de la motivación social en perros, los paseos comunicativos, fomentar ciertos comportamientos a dominar, la llamada natural es necesario para mejorar los aspectos de esta conducta, todo ello desde un enfoque progresivo y holístico.

Lo más importante es ser realistas, saber ver cuando existen límites, aprender a convivir con ello, seguir disfrutando con coherencia, abandonar la presión social, encontrar el entorno y la relación segura de cada caso.